Con este accidente mortal son, al menos, 17 los trabajadores extremeños que han perdido la vida en su trabajo en lo que va de 2024, superando con creces los 13 fallecidos en todo el año 2023.  En lo que llevamos de año el incremento interanual supera el 50%. 

Este grave repunte también afecta a los accidentes muy graves como los dos que también acontecieron ayer lo que supone que este tipo de accidentes se estén duplicando. 
UGT Extremadura vuelve a exigir el cumplimiento estricto y completo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en todos los centros de trabajo de la región.

Vivimos una evolución regresiva en materia de siniestralidad en Extremadura que debe ser frenada. Para ello es necesario que se integre de forma efectiva la prevención y la cultura preventiva en las empresas extremeñas, resultando imprescindible que en las evaluaciones de riesgos se tengan en cuenta las características de cada puesto de trabajo, así como que la persona trabajadora reciba la formación necesaria para el buen desempeño de su actividad laboral y evitar así la accidentabilidad. 

Hay que poner coto a este dramático incremento de los accidentes. La administración autonómica debe reforzar las actuaciones acordadas en materia de prevención de riesgos laborales. 

Asimismo, deben intensificarse en la región las actuaciones de seguimiento y control del cumplimiento de la normativa por parte de la Inspección de Trabajo. Y las empresas extremeñas deben invertir en la mejora continua de la seguridad y la salud en el trabajo, sin excusas. 

No podemos normalizar ni acostumbrarnos a esta lacra. La prevención de riesgos laborales es una obligación para el empresariado y un derecho de la clase trabajadora. Ni una muerte más en el trabajo. La salud y la seguridad en el trabajo no son negociables.